viernes, 17 de diciembre de 2010

ATLETISMO. Artículo de Javier Moracho en Diario AS

No admito la frase fácil de que "para llegar a la élite hay que doparse". Eso no es cierto y eso sólo lo dicen los que no tienen o no confían en sus posibilidades. El problema del dopaje es de educación y ambiente deportivo. Un día oí decir a un entrenador : "A mí no me importa si mi discípulo va a vivir más o menos, a mí sólo me piden buenos resultados". Yo no entrenaría nunca con una persona así. Muchos de los que hemos estado en la élite hemos tenido el ofrecimiento de entrar en el círculo vicioso del dopaje, pero lo mismo que ocurre con las drogas sociales lo importante es saber decir "no".
Protesté al presidente de la RFEA cuando nos colocaron de médico a Eufemiano Fuentes, a principios de los ochenta, porque era ginecólogo. Luego, hacía ver a los atletas que la alta competición no era sana y que él cuidaría de tu recuperación. En 1987, como capitán de la Selección, abogué por los controles sorpresa y porque se quitara a Eufemiano el lacrador de los botes de las muestras: era como poner la zorra a cuidar las gallinas. El equipo se dividió en dos grupos: el del médico canario y el resto. El tiempo ha puesto a cada uno en su sitio.